Muere Deborah Kerr, la actriz más elegante de Hollywood

La intérprete británica, aquejada de párkinson, falleció el martes a los 86 años
La protagonista de 'El rey y yo' logró seis candidaturas al Oscar en 12 años
La actriz escocesa besa a Burt Lancaster en De aquí a la eternidad.

IDOYA NOAINNUEVA YORK
Acabó el aquí y llegó la eternidad.

Deborah Kerr, la actriz británica que conquistó Hollywood con su elegancia y versatilidad, y en 12 años logró seis candidaturas al Oscar, falleció el martes en Suffolk (Reino Unido).

La protagonista de El rey y yo y Solo Dios lo sabe estaba afectada por la enfermedad de párkinson y tenía 86 años.Deborah Kerr había nacido en Escocia en 1921. Su altura (1,70 metros) pronto acabó con sus sueños en el ballet. En 1939, cuando interpretaba en teatro un pequeño papel en el que ni siquiera hablaba, un agente cinematográfico se fijó en la expresividad de sus ojos, vio "material de estrella" y le ofreció un contrato.

En el inicio compaginó sus primeros papeles en el cine con obras teatrales y actuaciones para las tropas en la segunda guerra mundial, durante las que conoció a Anthony Bartley, un militar que se convirtió en su primer esposo. El segundo, ahora su viudo, fue Peter Viertel, que reside en Marbella, ciudad en la que la actriz vivió durante años de forma discreta. El ayuntamiento marbellí pondrá el nombre de la intérprete a una calle de la zona de Torre Real.

En los años 40 llamó la atención de Louis B. Mayer y se le abrieron las puertas de Hollywood. Edward, mi hijo, de George Cukor, le valió su primera candidatura a un Oscar que no llegaría hasta 1994 en forma de estatuilla honorífica. Participó en Las minas del rey Salomón y Quo Vadis, pero uno de sus mayores éxitos llegó con De aquí a la eternidad.

El papel de la adúltera mujer de un oficial destacado en Hawái iba a ser para Joan Crawford, pero recayó en Kerr. Entrenó su voz para eliminar el acento, se tiñó de rubia y no solo creó con Burt Lancaster en un apasionado beso en la arena una de las imágenes eternas del cine, sino que además evitó ser encasillada. "Sabía que podía ser sexi si tenía que serlo", dijo después.Durante años continuó dando riqueza a sus papeles y combinando teatro y cine (como en las dos versiones de Té y simpatía) hasta que se despidió en 1969 (solo volvió una vez más en 1985). "Era o muy joven o muy vieja" para lo que le ofrecían. Y ya no le gustaba Hollywood.